—¡Ajajaja! ¡Cuánto tiempo ha pasado, amigo! Escuché que estabas tumbado en una cama de hospital, ¡pero parece que ya te has recuperado! ¡Felicitaciones! ¡Pero es una lástima, amigo! ¡Podrías haber sido más feliz simplemente quedándote en esa cama hasta el día que murieras!
* * *
Baccano! 1932 — Verano ~El hombre en el asesino~
«En ese verano, el reportero que le tenía miedo a la muerte se encontró con un asesino en serie.
Y el joven que deseaba morir se encontró con un inmortal».
* * *
Apartado A
1932. Cierto día de cierto mes, en el bar clandestino Alveare.
—¡Es terrible, Isaac! ¡Dicen que Picahielo Thompson atacó de nuevo!
Una voz radiante y animada resonó en el establecimiento nocturno, mostrando un marcado contraste con el peso de la Prohibición y la oscura atmósfera en el interior del bar.
Todo excepto el tono de su voz revelaba claramente una combinación de conmoción y miedo.
Reaccionando a la voz de la mujer, el hombre llamado Isaac giró su cabeza dramáticamente hacia ella.
—¡¿Qué?! ¿Es cierto eso, Miria?
Ambos estaban vestidos con uniformes de la fuerza naval británica. Si el bar estuviera abierto, los clientes podrían pensar que el dúo era una pareja de artistas que trabajaba allí. Pero realmente no eran actores ni empleados, así que no había manera de saber por qué la pareja estaba vestida de esa manera.
El extraño dúo continuó su conversación. Cada una de sus líneas encajaba como un complejo rompecabezas, formando algo que parecía como si fuera un guion ensayado.
—¡Cada palabra, Isaac! ¡Mira! ¡Está en todos los periódicos!
—Santo Dios… Entonces es justo como lo temía.
La pareja desplegó un periódico sobre un barril decorativo en una esquina del bar.
Mientras Isaac Dian y Miria Harvent continuaban soltando ademanes teatrales dentro de su pequeño mundo, un joven de rasgos infantiles se detuvo para hacerles una pregunta.
—¿…Qué? ¿Ustedes saben algo sobre Picahielo Thompson? —dijo, frunciendo el ceño.
Al escuchar la pregunta, Isaac y Miria se miraron entre ellos y reflexionaron sobre las palabras de Firo Prochainezo.
—Ahora que lo pienso, ¿qué es Picahielo Thompson, Miria?
—No estoy segura, pero todos los periódicos dicen que es algo terrible.
—¿Entonces cómo es que eso es algo que te temías? ¿Se pusieron todos histéricos sin siquiera saber nada al respecto? —respondió Firo con un suspiro.
—¿De qué estás hablando, Firo? —replicó Isaac—. Puede que no conozca los detalles, pero Miria está aterrorizada. ¡Eso es absolutamente algo que temer!
—¡Increíble, Isaac!
—¿Cómo se supone que eso sea algo increíble? —Firo suspiró otra vez. Pero sabiendo bastante bien que tratar de razonar con este dúo sería un desperdicio de energía, decidió ignorar las contradicciones y avanzar con la conversación—. Picahielo Thompson es un asesino en serie.
—¡Un asesino en serie! S-significa que… ¡¿es un criminal?!
—Eso es lo que normalmente significa —explicó Firo claramente. Isaac se puso una mano en la barbilla pensativamente.
—Santo Dios… Entonces es justo como lo temíamos.
—¡Tengo miedo, Isaac! ¡Esto es terrible!
«Así que realmente no sabían nada, ¿eh?».
Asombrado por su forma de vida, en un sentido diferente, Firo decidió permanecer en su lugar frente al barril para escucharlos un poco más.
—¡No tengas miedo, Miria! ¡Un asesino serial solo ataca a humanos! Por lo tanto, mientras estemos disfrazados de criaturas no humanas, ¡estaremos perfectamente a salvo!
—¡Por supuesto! ¡Es genial, Isaac!
—Según una leyenda oriental, si un hombre sube una cascada y dibuja un ojo sobre un muro, ¡se convierte en un dragón heráldico¹! Si nos convertimos en dragones y nos ocultamos, ¡estoy seguro de que el asesino fingirá no habernos visto!
—¡Garyoutensei!² ¡Ryuutoudabi!³
«Gar-… ¿qué?».
El uso repentino de Miria de un idioma desconocido confundió a Firo, pero se recordó a sí mismo que preguntar no lo llevaría a obtener una respuesta apropiada y decidió ignorar las preguntas que persistían en su mente.
Aunque no podía simplemente evitar arruinar su entusiasmo.
—Pero si lo piensas bien, ¿no crees que un dragón podría tragarse fácilmente a un asesino en serie?
Isaac le lanzó a Firo una mirada sombría y sacudió su cabeza.
—¿Qué estás diciendo, Firo? Piénsalo. ¡Dicen que un hombre llamado Sig-algo mató a un dragón! En otras palabras, ¡los dragones son criaturas destinadas a ser asesinadas por los humanos!
—¡Fafnir! ¡Dragones de Komodo! ¡Kaya no Hime!
—Lo siento, pero no tengo idea de lo que estás diciendo.
Aparentemente la pareja estaba mezclando la realidad con algún tipo de mito, pero Firo se preguntaba si realmente hablaban en serio sobre la idea de convertirse en dragones.
Dándose por vencido acerca de continuar con la discusión por más tiempo, decidió buscar ayuda entre sus compañeros de la Familia; miembros de la organización camorrista conocida como la Familia Martillo, como los ejecutivos Maiza o Ronnie.
Sin embargo, quien apareció dentro de su campo de visión fue un pequeño invitado que no tenía vínculos directos con la organización.
—Fafnir es el nombre del dragón asesinado por Sigurd en la mitología nórdica. Si recuerdo correctamente, en la ópera de Wagner rebautizaron a Sigurd como «Siegfried». El dragón de Komodo es un enorme lagarto que fue descubierto hace aproximadamente unos veinte años. Y Kaya no Hime es algo así como una diosa japonesa que se equipara a una planta con forma de serpiente también conocida como Nozuchi. ¿Eso te fue de ayuda, hermano mayor?
Llegando al rescate de Firo con una sonrisa burlona estaba un pequeño vividor con el que compartía su apartamento.
—No es como que saber algo de eso me ayude a hacer mi trabajo. Tal vez deberías intentar pasar más tiempo aprendiendo algo que realmente sea útil, Czes —aconsejó Firo inconscientemente al chico más joven, pero Czes solamente suspiró.
—Cierto. Lo siento, hermano.
—…No tienes que disculparte tan seriamente.
Firo no había esperado esa respuesta de Czes.
«Es como si hubiera construido un muro entre los dos o algo así».
¿Tal vez Czes solo estaba dispuesto a abrirse con Isaac, Miria y su viejo amigo Maiza?
A simple vista, saludaba a Firo y a los otros con una sonrisa, pero Firo no podía quitarse de encima la sensación de que había una mirada madura y considerada escondida detrás de ese rostro alegre.
Aunque esa sensación lo molestaba de vez en cuando, Firo pensaba que las cosas cambiarían solas con el tiempo, así que nunca intentó profundizar en los pensamientos de Czes.
Mientras tanto, la pareja que probablemente nunca había pensado acerca de proverbiales barreras del corazón seguía sumida en su conversación habitual.
—Aunque es cierto que podríamos convertirnos en dragones más débiles que los humanos.
—Qué miedo. ¡Es como una novela de misterio!
—Algo más fuerte que los humanos. Algo que los humanos nunca pudieran destruir. Cuando un ser humano muere… Espera. Todos los seres humanos mueren con el tiempo. ¡Eso es! ¡El tiempo! ¡El tiempo es algo que los humanos nunca podrán destruir! En otras palabras, ¡debemos convertirnos en el tiempo mismo! ¡Entonces el asesino serial no será capaz de ponernos una mano encima!
—¡Increíble, Isaac! ¡Eres un hombre de ideas!
Su conclusión no podría haber derivado de ningún tipo de pensamiento racional.
Firo estaba empezando a preguntarse si debería detenerlos, pero antes de que pudiera hacer algo, Czes tomó asiento en una mesa cercana y se unió a la conversación.
—¿Y exactamente cómo es que planean convertirse en el tiempo? ¿Van a ponerse relojes por todo el cuerpo? —preguntó con una sonrisa traviesa. Isaac y Miria se quedaron pensativos.
—Ahora que lo pienso, tienes razón. ¿Cómo nos convertimos en tiempo?
—Esa es una pregunta difícil. ¡Como las siete maravillas del mundo!
—El tiempo… el tiempo… el tiempo es… ¿el tiempo es…?
—¡El tiempo es oro!
—¡Estás totalmente en lo cierto, Miria! El tiempo es oro, ¡así que eso debe significar que el dinero es lo mejor para derrotar a un asesino en serie!
—¡El dinero es tiempo!
—¿Pero cómo nos convertimos en dinero?
—Es un misterio. ¡Como el del Mary Celeste!
«Olvídalo. Mejor los dejo en paz», pensó Firo, observando con una expresión de agotamiento la conversación sin sentido del dúo, y tomó asiento junto a la barra.
Tomó una taza y vertió en ella el contenido de la tetera que había sobre el mostrador.
Este bar clandestino pertenecía a la Familia Martillo, por lo que los camorristas tendían a tomar este establecimiento como un segundo hogar, sin importar que fuera dentro de horas laborales o no.
Pero incluso el hecho de que estaba en un lugar tan cómodo no podía calmar la ansiedad que acechaba en un rincón de su mente. Entonces reflexionó sobre la persona que había sido apodada «Picahielo Thompson».
«Conque un asesino serial… Me pregunto qué estará tramando».
Por supuesto, lo único que pasó por su mente acerca del asunto fue el hecho de que, aunque era algo egoísta de su parte, ese no era asunto suyo, y la incomodidad de saber que un asesino serial estaba suelto en su ciudad.
En su mente no había temor alguno de perder su vida ni la de sus seres queridos.
Esto se debía al hecho de que su cuerpo y el de sus seres queridos poseían un poder inusual. Firo había tomado esto en consideración mientras reflexionaba en la posible influencia que podría tener este asesino serial en aquellos que lo rodeaban.
«Todos los asesinatos hasta ahora han ocurrido en el territorio de Keith o el de los Runorata. Si llega a nuestro territorio, supongo que empezará a ser asunto nuestro…
Conque un asesino. Me siento mal por las víctimas por pensar así, pero… Es bastante irónico, teniendo en cuenta que ni siquiera podemos ser asesinados».
Firo agitó suavemente su vaso, como tratando de evitar la inquietud que empezaba a formarse.
El hielo tintineó contra la taza, grabándose dentro de la memoria del joven camorrista.
Y en algún lugar cercano pero a la vez distante de sus pensamientos, una historia de en medio del tiempo empezaba a desenvolverse.
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¹. Dragón heráldico: En esta línea, Isaac utiliza específicamente la palabra que se usa para referirse al dragón europeo cuando debería estar haciendo referencia al dragón oriental, teniendo en cuenta la procedencia de la leyenda que está citando.
². Garyoutensei: Es una expresión japonesa que se usa para describir la terminación de la parte más importante de un trabajo. Proviene de una leyenda asociada con el pintor chino Zhang Sengyou, de quien se decía que había pintado cuatro dragones para el mural de un templo, pero había olvidado dibujar las pupilas en los ojos de los dragones. El abad insistió en que terminara los dibujos, por lo que Zhang dibujó los ojos de dos de los dragones. Los dragones cobraron vida inmediatamente y se fueron volando. Este mito es, en parte, la base para la teoría de Isaac y Miria acerca de convertirse en dragones al pintar un ojo sobre una pared (aunque la parte de subir una cascada proviene de una leyenda completamente diferente).
³. Ryuutoudabi: Por otra parte, esta es una expresión cuya traducción literal sería «La cabeza es un dragón, pero la cola es una serpiente». Se refiere a una situación que empieza bien, pero termina mal.
Ambas expresiones contienen el carácter para la palabra «dragón», que es la razón por la que Miria se refiere a ellas en su discusión sobre dragones.
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